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La red eléctrica es un sistema potente y flexible de distribución que existe desde principios del siglo XX. Está formada por redes que conectan generadores y subestaciones con hogares y empresas, lo que nos permite utilizar la electricidad siempre que queramos, incluso en días nublados o por la noche.
La red nos permite encender las luces y los electrodomésticos cuando los necesitamos sin tener que preocuparnos de generar nuestra propia energía (o pagar a alguien para que la genere). Mientras haya suficiente capacidad de generación disponible, podrás encender tu programa favorito en HD aunque no haya llovido en semanas o meses.
Es difícil imaginar un mundo sin energía eléctrica, pero las cosas no siempre fueron así.
La electricidad es un invento relativamente reciente. Las primeras centrales eléctricas se construyeron a finales del siglo XIX y empezaron a funcionar a principios del XX, proporcionando electricidad a hogares y empresas por primera vez. Desde entonces, la electricidad se ha convertido en parte integrante de la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo.
Es difícil imaginar un mundo sin energía eléctrica, y aunque la electricidad se utilizó por primera vez a finales del siglo XIX y ha ido mejorando desde entonces, hay que reconocer que su generación aún no es perfecta.
La historia de la red eléctrica es larga, pero intentaremos condensarla en unos pocos párrafos.
La primera central eléctrica comercial fue construida en 1882 por William Siemens y James Watt en su fundición de Soho (Londres, Inglaterra). La planta utilizaba máquinas de vapor para generar electricidad para iluminación y otros fines. Ese mismo año, Thomas Edison instaló su famosa bombilla incandescente en la estación de Pearl Street de Nueva York, la primera central del mundo de generación de energía eléctrica (una central genera electricidad para toda una comunidad).
En 1882, Charles Fayette Taylor construyó la primera línea de transmisión de Estados Unidos desde las cataratas del Niágara hasta Búfalo como parte de su plan para extender los recursos de energía hidroeléctrica por todo el estado de Nueva York, con la ayuda de George Westinghouse, que desarrolló transformadores capaces de convertir con seguridad los niveles de tensión entre corriente alterna (CA) y corriente continua (CC).
En las décadas siguientes, estas líneas se fueron ampliando hasta formar una red interconectada por toda Norteamérica llamada «The Power Grid» (la red eléctrica), que permitía a la gente que vivía lejos de ríos o lagos donde el agua se podía convertir en máquinas de vapor hacer funcionar fábricas que producían bienes necesarios para los consumidores de toda la economía estadounidense en rápido crecimiento durante el periodo de auge de la industrialización en la época de la Primera Guerra Mundial, cuando la demanda aumentó significativamente debido al incremento de los esfuerzos de producción en tiempos de guerra que implicaban plantas de procesamiento de alimentos situadas cerca de zonas agrícolas donde los agricultores cultivaban cosechas necesarias para los hambrientos soldados que luchaban en ultramar, etcétera.
La red eléctrica española es una mezcla de fuentes de energía renovables y fósiles. El país tiene mucha energía eólica, solar e hidráulica. También tiene centrales nucleares que se construyeron en los años setenta.
La electricidad la generan y distribuyen centrales eléctricas que utilizan diversos métodos, como turbinas eólicas y paneles solares. Las centrales eléctricas envían la electricidad a través de líneas de transmisión a subestaciones donde se reduce de alta tensión a baja tensión para su distribución a través de la red local.
Aunque la mayoría de los hogares tienen sus propios paneles de disyuntores dentro de sus casas o apartamentos, algunos edificios tienen sistemas eléctricos centrales que distribuyen la energía por todo un edificio o campus (como un colegio).
Cuando enciendes las luces de tu casa, es porque la electricidad se ha almacenado en condensadores dentro de cada bombilla hasta que están listas para usarla, y entonces liberan esta energía almacenada en forma de fotones de luz.
El sector eléctrico se enfrenta a una serie de retos que amenazan con socavar su capacidad para seguir el ritmo de la creciente demanda de energía:
Aunque estos cambios son positivos para el futuro de nuestro planeta, pueden suponer un aumento de los costes a la hora de mantener las líneas de transmisión u otras infraestructuras necesarias para estas nuevas tecnologías, lo que se traduce en un aumento de los precios en casa.
Pero, ¿a qué viene esto ahora? Sólo sabemos una cosa: Debemos ser ecológicos pase lo que pase.
Aunque la red es complicada y puede resultar difícil de entender, existe desde hace más de cien años y funciona bastante bien la mayor parte del tiempo.
La red eléctrica está formada por líneas de transmisión que llevan la electricidad desde las centrales eléctricas hasta las subestaciones, donde se reduce la tensión antes de enviarla a través de las líneas de distribución a hogares y empresas. Las centrales eléctricas utilizan diversas fuentes para generar electricidad: reactores nucleares, centrales de carbón, presas hidroeléctricas y turbinas eólicas son sólo algunos ejemplos. Las compañías eléctricas también utilizan turbinas de gas natural durante los periodos de máxima demanda, cuando no hay suficiente energía renovable disponible (por ejemplo, por la noche).
La red eléctrica es una parte importante de nuestras vidas. Nos permite tener luz cuando la necesitamos y mantener calientes nuestros hogares en los meses de invierno. También dependemos de ella para otras cosas, como el funcionamiento de ordenadores y televisores, lo que significa que sin electricidad no habría Internet. Nuestro mundo sería muy diferente sin esta tecnología, así que es bueno que ahora sepamos cómo funciona tan bien.
Somos una empresa con más de 20 años de experiencia profesional en la instalación y mantenimiento de gas natural y luz, de aire acondicionado, así como servicio técnico de electrodomésticos en Madrid.
